En América central el incremento poblacional y los cambios en la estructura agraria han provocado que los campesinos se desplacen hacia los bosques en las partes altas de las laderas y montañas.
El frijol es un grano de gran importancia para la alimentación de los latinoamericanos, la tradición de cultivarlo perdura por el hecho de cubrir una necesidad en la dieta especialmente de las familias campesinas.
En estas zonas de ladera la tapa del frijol se ha utilizado desde tiempos anteriores a la llegada de los españoles por lo que diversas generaciones lo han utilizado.
El cultivo de frijol tapado se caracteriza por requerir de un mínimo de insumos externos, y por el contrario hace un uso intensivo de los recursos con los que se cuenta en el terreno donde se cultiva.
En este sistema solo se producen frijoles tres meses al año y después de un ciclo de cultivo de dos o tres años el terreno pasa a barbecho y así permanece otros dos o más años dependiendo de las condiciones climáticas del área.
El primer paso para llevar a cabo este sistema de producción, es seleccionar un área de "tacotal” ( Terreno sin cultivar cubierto de maleza espesa), "charral" ( Terreno poblado de matorrales y maleza) o "breñón" ( "tierra quebrada entre peñas y poblada de maleza") de buena densidad y con plantas de crecimiento secundario que sean apropiadas para la siembra de frijol como algunas leguminosas que no compitan con el frijol, además las pendientes deben estar frente al este para que el sol de la mañana seque las hojas del frijol.
Después se procede a “acarrilar” (cortar pasillos angostos a través y en paralelo) cada 2-10 m en medio de la vegetación de crecimiento secundario, dependiendo de la densidad y altura del charral. Una vez hecho esto se riega la semilla del frijol hacia ambos lados de los carriles y se tapa el frijol, para esto se corta la vegetación (charral) entre los carriles y se pica finamente. Esta vegetación se puede compactar o dejarse suelta dependiendo de las proyecciones de la precipitación venidera.
Una vez hecho esto la parcela no se usa hasta el momento de la cosecha donde se forman rollos con los frijoles que se dejan en el campo entre 2 y 8 días, para el secado al sol de las vainas. Finalmente se recolectan estos rollos y se meten en sacos.
Este sistema tiene amplios beneficios, pues además de necesitar poca inversión, reduce y previene la erosión del suelo, aporta nutrientes del mantillo al suelo como fósforo e incluso este mantillo funciona como una barrera física contra la germinación de malezas. También se tiene una baja en la incidencia de enfermedades propagadas desde el suelo y la materia orgánica evita que la parte superior del suelo se compacte debido a la fuerza de la lluvia.
Referencias:
Araya, R., & González, W. (1987). La investigación en campos de agricultores sobre frijol tapado en Costa Rica. La investigación de frijol en campos de agricultores de América Latina. Memorias de un Taller. Cali, Colombia. Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). Documento de trabajo, 27, 190-197.
Rosemeyer, M. E. (1990). Frijol tapado en laderas: el mejoramiento de un sistema tradicional. Documento de Trabajo-anexo Del Taller de Mejoramiento de Frijol, 294-315.
Comments